No hay recuperación económica

No hay recuperación económica

Article extret del blog «Desde`mi econóptica» (http://desdemieconoptica.blogspot.be/2014/08/no-hay-recuperacion-economica.html)

 
Si sigues sin encontrar trabajo desde hace ya demasiado tiempo o acabas de darte cuenta de que este mes no puedes pagar la hipoteca, supongo que ya lo sabías. Pero a la luz de lo que lleva diciendo el gobierno machaconamente los últimos meses la salida de la crisis parecía un hecho inevitable.
 
¿En qué consistía esta salida de la crisis? Pensemos, en primer lugar, de dónde veníamos, en lo que habíaantes de la crisis: recordemos que entonces ya nos quejábamos de la precariedad, de los famosos sueldosmileuristas, y eso que estábamos en plena expansión ilusoria gracias a la burbuja inmobiliaria.
 
Pero con las reformas y los recortes aplicados por el gobierno desde el principio de la crisis, no parece que la situación anterior sea recuperable. Destaquemos las más importantes:
 
– El cambio en la Constitución by #PPSOE que impide al Estado endeudarse para llevar a cabo medidas contra-cíclicas, es decir, para paliar las crisis.
– La reforma laboral (esa que se hizo siguiendo las indicaciones del ladrón de la foto, ese que exigía a los demás trabajar más y ganar menos), abarató el despido, permitió más temporalidad, atacó la negociación colectiva y facilitó situaciones de esclavitud moderna, ahora llamadas prácticas laborales.
– La reforma fiscal, a lo Robin Hood pero a la inversa: una regresión de la distribución de la renta de aquellos que menos tienen a los que más.

– La escandalosa cifra de 1 billón de euros de deuda pública, en gran parte a causa del rescate de los bancos, que a pesar de los infinitos recortes en el gasto público en sanidad, educación, etc., está a punto de llegar al 100% del PIB.

 

Bueno, pues parece que la vuelta a este paraíso caído habrá de posponerse. El EUROSTAT acaba de anunciar sus estadísticas veraniegas y resulta que Alemania, la primera economía del Euro, decrece (-0.2%). La segunda, Francia, está estancada (0%) y la tercera, Italia, también cae (-0.2%). Hay 18 millones de personas en paro en la Zona Euro (5 millones en España). La demanda de los hogares europeos está contenida por la restricción del gasto público y el proceso de desapalancamiento, y no proporciona suficientes incentivos al sector privado ni para producir ni para invertir. Desapalancamiento significa que los hogares, las empresas, devuelven deudas antiguas contraídas. Y si endeudarse estimula el crecimiento a corto plazo, desendeudarse, ¡sí, lo habéis acertado! deprime la economía a corto plazo.
Aún más si las deudas que se pagan van a parar a un pozo sin fondo. La situación financiera es muy frágil, con el agujero de miles de millones que se calcula que aún deben los bancos europeos (mi amigo Miguel explicaaquí cómo se ha llegado a esta situación). La estabilidad macroeconómica sigue delicada después de los rescates de Grecia, España, Chipre, Portugal, Irlanda, Rumanía, Hungría y Letonia; con Italia habiendo pasado serias presiones de los mercados de capitales, sólo reducidas después del “whatever it takes” de Mario Draghi y la posterior inyección de liquidez por parte del Banco Central Europeo, y no por ninguna reforma nacional en particular, a pesar de lo que diga De Guindos.
 
Pero hay otro indicador que debería preocuparnos seriamente: la baja inflación, que en la Zona Euro se situó este Julio en un 0,4%, con deflación en 4 de los 18 miembros de la zona monetaria, entre ellos España, a pesar de las notables subidas de precios en las facturas de la luz y el agua. La contracción del crédito mundial y las políticas de austeridad han hundido la demanda agregada y provocado una presión a la baja sobre los precios.
Hace un año, El País se preguntaba: ¿Es bueno o es malo que los precios bajen? En principio, una bajada de precios puede tener ventajas: las exportaciones ganan competitividad (lo que vendemos fuera es más barato) y los salarios recuperan poder adquisitivo, incentivando el consumo interno. Pero en lo que se refiere a las exportaciones, resulta que nuestros principales socios comerciales también están en crisis y quieren comprar menos. Y en lo que se refiere al consumo, la gente está hasta las cejas de deuda y está intentando devolverla cuanto antes, sobre todo antes de quedarse sin unos ingresos cada vez más menguados debido a la caída salarial.
 
Pero además, deflación también significa mayor deuda. En primer lugar, cae la recaudación fiscal del Estado, porque los impuestos como el IVA son porcentajes sobre precios. Sí, menos dinero para el Estado se traduce en menos dinero para educación, sanidad, transferencias sociales, inversión pública, etc. Pero lo más grave es que si caen los precios, la deuda contraída crece. La cuestión es que la deuda se fija en términos nominales, y no reales. Es decir, si al banco le debemos 5000 euros, aunque los precios cambien le seguimos debiendo 5000 euros. Ahora bien, si antes una barra de pan costaba 1 euro, necesitábamos 5000 barras de pan para pagarle al banco. Pero si los precios bajan y las barras de pan cuestan 50 céntimos, necesitamos 10.000 barras de pan para pagarle al banquero. Es decir, que en términos reales, la deuda sube. Y como sube la deuda es más difícil devolverla. En este proceso habrá más gente que no podrá pagarla y entrará en bancarrota, reforzando la espiral negativa.
 
La economía europea corre el riesgo de entrar en un proceso que Irving Fisher llamó Debt Deflation, donde una espiral deflacionista agrava el problema de la deuda. Este proceso es consecuencia de la consolidación fiscal en un marco de unión monetaria sin transferencias fiscales. La única manera de frenar las consecuencias negativas para la economía y retornar a un ciclo alcista mientras se sigue produciendo el desapalancamiento hasta niveles «sostenibles» de deuda es REDISTRIBUIR LA RIQUEZA: vía fiscal (cogiendo de ricos, transfiriendo a pobres), vía reestructuraciones de la deuda (con los acreedores aceptando una reducción de la deuda), además de continuar con inyecciones de liquidez que sirvan para financiar inversiones que ayuden limar las asimetrías en las estructuras productivas de los países del continente. Necesitamos urgentemente un aumento de la inversión pública y un giro de 180º en las políticas macroeconómicas de la UE.
 
Próximamente me comprometo a desarrollar mejor estas últimas afirmaciones. ¡Hasta pronto!

Vivir en deudocracia

La Auditoría Ciudadana de la Deuda, una herramienta democrática y participativa

Article extret del blog Viviendo en deudocracia ( http://blogs.publico.es/viviendo-en-deudocracia/2014/08/11/la-auditoria-ciudadana-de-la-deuda-una-herramienta-democratica-y-participativa/ )

Sònia Farré, Javier Lechón, Pablo Martínez y Aleix Porta
Miembros de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD)

Un infeliz día de mayo de 2010 nos dijeron que la fiesta se había acabado, que habíamos estirado más el brazo que la manga y que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. La población salió a las calles para gritar al mundo que eso no es verdad, que hemos sido víctimas de una estafa y víctimas de la trampa de la deuda (allí el drama de las hipotecas saltó a primera línea) y que un cambio de dirección era y sigue siendo urgente. Allí se evidenció que el antiguo sistema se hunde y que emerge otro nuevo cuya seña es mejorar en democracia, y esto quiere decir tratar los asuntos que nos afectan de manera directa y colectiva. La Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda, la PACD, nació en este clima del 15-M para denunciar que, lo mismo que las deudas ahogaban a muchas familias, la deuda pública era el mecanismo usado para recortar nuestros derechos como pueblo.

¿Cómo hacerlo?
La deuda pública, creada por las élites políticas y financieras —los amigotes de siempre— es un mecanismo que gusta de la discreción y se cría en la opacidad. Es prima de la corrupción, pues se aprovecha de la poca transparencia de la Administración y saca partido de lo que es patrimonio de toda la ciudadanía. Luchar contra ella es luchar por la protección de nuestros derechos como sociedad y nuestra libertad como pueblo, ya que a través de la deuda se consigue, y se ha conseguido, esclavizar a poblaciones enteras.

Pero para librarse de la deuda ilegítima, aquella que fue adquirida y es pagada a espaldas de la ciudadanía y contra sus derechos, hay que analizarla, esto es, hacer una auditoría. Para ello, primero hay que encontrar y cuantificar la deuda en un entramado burocrático habitual y expresamente complejo. Luego entender sus mecanismos y dimensiones, pues muchas veces van acompañadas de amiguismos, corruptelas, despilfarro e intereses en red y, finalmente, decidir si esa deuda es legítima o no. Estos cuatro pasos son las partes de lo que desde la Plataforma consideramos que es una Auditoría de la Deuda y que es el instrumento que debemos utilizar a la hora de considerar la deuda como problema colectivo a resolver. Pero no sirve cualquier auditoría…

¿Por qué ciudadana?
Sería relativamente fácil encargar una auditoría pública de la deuda y dejar queexpertos funcionarios o, peor aún, empresas subcontratadas analicen las cuentas de nuestras administraciones. Ser representado o guiado es cómodo y nos ahorra responsabilidades. Pero confiar en que quienes nos han metido en este pozo sin fondo serán los que nos sacarán de él es confiar demasiado. Llevamos viendo demasiado tiempo cuáles son las soluciones a la crisis que dictan las élites expertascomo para seguir estando ciegos.

Una auditoría ciudadana es una auditoría abierta, horizontal e inclusiva, donde cualquier ciudadano puede aportar y aprender sin necesidad de haber cursado un máster: si te afecta la deuda, puedes. Una auditoría ciudadana es un proceso transparente, constante y descentralizado, pues siempre hay nuevos datos, nuevas entidades implicadas y personas interesadas que quieren conocer. Una auditoría ciudadana es, en resumen, conocimiento colectivo compartido, democracia participativa y transformación de un sistema que ha dado suficientes razones para ser sustituido.

El proceso de Auditoría Ciudadana ya está en marcha
Este método de trabajo ya se está poniendo en práctica y la PACD ha dado diferentes pasos en el proceso de auditoría. En colaboración con otros colectivos hemos elaborado informes técnicos sobre fiscalidad, sobre cómo se ha generado el proceso de endeudamiento, sobre las ayudas a la banca, análisis también a nivel autonómico, municipal… Esto aporta información a la ciudadanía, pero por sí solo no basta. La auditoría ciudadana no puede consistir únicamente en la elaboración de informes. La auditoría ciudadana es exigir transparencia e información, debe detectar lagunas de información que nos permitan buscar más elementos, entenderlos, explicarlos y a partir de ellos detectar nuevas lagunas de información y volver a arrancar el proceso hasta que tengamos información suficiente para entender cómo hemos llegado hasta aquí y cómo queremos seguir de ahora en adelante.

Así, por ejemplo, existen grupos a nivel municipal que han iniciado un proceso de auditoría ciudadana, haciendo públicas y comprensibles las cuentas consistoriales y agilizando la participación en las instituciones con mecanismos para combatir colectivamente la burocracia. Terrassa, Girona, Burgos, Moià, Málaga, Castelldefels y otros tantos municipios más están en este proceso. Pero hay muchos más sectores que piden a gritos un mayor control democrático y debemos generar procesos de auditoría para ellos: las Comunidades Autónomas, las Diputaciones, las corporaciones de energía, de transporte, de comunicaciones, la educación, la sanidad…

Desde la PACD sabemos que esto no es tarea de unos pocos, sino que, como hemos dicho, debe ser un camino abierto y compartido. Por eso abrimos este blog, para explicar, pero no es sólo ese su objetivo. Queremos que sean muchas los lectores que pregunten, sugieran, critiquen y debatan entre ellos y con nosotros. Los diferentes autores y autoras que pasarán mensualmente por este espacio lo harán con la actitud con la que van a las charlas y las asambleas de colectivos que nos invitan, es decir, a explicar, escuchar y hablar. Con vuestra participación haremos también de este blog un espacio ciudadano.